Un italiano en Londres. Suena a comedia trillada y de creatividad perezosa, basada en las desavenencias propias del choque cultural. Pero la charla con Michelich, nacido y criado en Brescia que tatúa en Cloak and Dagger, despeja cualquier peligro de cliché.

Michelich.

Micky llegó a la capital inglesa en 2012 para trabajar en Sims Tattoos, donde su carrera profesional empezó a crecer (ya tatuaba desde 2008), ya que esa etapa le permitió definir un estilo propio: “Hago principalmente Black and Grey, pero no 100% Realismo. Uso líneas fuertes y mucho negro pleno. Pero sin la suavidad clásica de ese estilo, sino con un perfil más sólido”.

“Prefiero el Black and Grey porque me gusta cómo se ve. Si me tatuara, elegiría ese estilo. Otros también me gustan, pero cuando me acerqué al tatuaje seguía a artistas que se dedicaban a eso, y me parecía mejor que el color”.

En sus obras se reconocen influencias orientales y de arte de vanguardia, incluyendo un abordaje geométrico de distintas temáticas. Por eso no sorprende que entre los artistas actuales destaque las creaciones de Gakkin.

Cuando trabaja, trata de mantener su enfoque personal mientras busca el consenso con el cliente. “Siempre quiero hacer algo que nos satisfaga a ambos. Tomo sus ideas y propongo un diseño con mi estilo. Por ejemplo, si es un tigre, hablamos del tipo de mirada que debe tener. Y por lo general les gusta”.

Tatuajes non-stop

Acerca de la importancia del tatuaje en su vida, Michelich asegura: “A veces me doy cuenta de que estoy algo obsesionado con el tattoo, porque sigo pensando en eso incluso después del trabajo”.

Esta fascinación lo moviliza más allá de la responsabilidad profesional y lo impulsa para seguir creciendo como tatuador. “Si bien tengo presente que cada tatuaje es un trabajo, a nivel personal siento que estoy en una misión. Llevarlo a cabo de principio a fin representa un logro personal. Sobre todo si es mi estilo”.

Artista en construcción

Como a todo individuo con inquietudes creativas, esta capacidad para canalizar su conocimiento y talento, en algún momento de su carrera lo coloca ante una pregunta decisiva: ¿Estoy haciendo arte?

Michelich siente que todavía no se puede considerar artista “porque creo que el arte tiene que ver con expresarte vos mismo. Y lo que estoy haciendo con el tatuaje incluye la representación de la idea o deseo de otra persona. Debería ser algo propio de principio a fin”.

Pero también destaca los méritos artísticos de su actividad cotidiana en Cloak and Dagger: “Si tomamos el tatuaje como una expresión colectiva, podríamos considerarlo arte”.

La verdad es que sin importar que se trate de proyectos conjuntos o creaciones individuales, los tatuajes de Michelich deslumbran gracias a su talento y las virtudes del resultado final. Y eso es arte, en Brescia o en Londres.


mr.michelich@gmail.com

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