Homeless Tattoo Club no es un estudio de tatuajes tradicional. En primer lugar porque está ubicado en el corazón residencial de Colegiales, un paisaje urbano con veredas amplias, árboles saludables y calles con moderado volumen de tráfico.
Pero la magia distintiva de Homeless no se debe sólo a su ubicación, lejos del bullicio de galerías saturadas o avenidas transitadas. Este proyecto colectivo nació y se alimenta de la voluntad creadora de Ramiro Blanco Gamboa, Jan Cría Cuervos, Tulio Navia y Juan Solo, cuatro jinetes del tatuaje que se hicieron colegas y amigos luego de compartir puntos de contacto durante sus trayectorias.
“Hay una cuestión de camaradería muy importante, que tiene que ver con estar pendiente del otro. Eso hace a la relación, y en este caso se siente muy piola”, especifica Ramiro.
Hoy no sólo comparten la pasión por el tatuaje, sino que además desarrollan su actividad en un espacio creativo que favorece el encuentro y el intercambio de ideas, opiniones y sugerencias aplicadas al arte. Ya sea en formato de tatuaje, pintura, dibujo o música.
“Casi todo funciona mejor cuando estás con otra gente, como el intercambio que se genera o las pilas que te puede transmitir el otro”, explica Jan. “Estando solo podés armar muchas cosas, pero en definitiva permanecés aislado”, subraya.
Evitar las consecuencias de ese aislamiento es uno de los objetivos que dieron origen a Homeless. “Trabajar solo te mantiene encerrado y el proceso de crecimiento es más lento. Estar con compañeros facilita las cosas porque te acerca a más conocimiento e información”, comenta Juan Solo.
Homeless está vivo
Como Homeless se aloja en una casa con varios ambientes, patio y quincho, cada protagonista cuenta con su propio estudio. Así preservan su identidad y privacidad con los clientes. “Esta casa es una manera de materializar el espacio de encuentro, pero cada estudio mantiene su personalidad”, aclara Tulio.
Esos espacios son el universo exclusivo de los tatuadores de Homeless. Allí desarrollan su búsqueda artística y estilos propios: Jan experimenta con elementos de realismo fantástico; Tulio combina New School con realismo, comic y estética grafitera; Juan tiene un perfil Neotradicional potente; y Ramiro suele combinar estilos como Japonés, Tradicional y Neotradicional.
De esa manera, Homeless funciona como un gran organismo que se nutre de la energía creativa de sus integrantes. Una sustancia que fluye desde las obras de los tatuadores, pasando por las ideas que traen quienes se vienen a tatuar, hasta las charlas en los sillones y los encuentros en la cocina.
Mucho más que tatuajes
Al igual que en sus carreras profesionales y artísticas, los integrantes de Homeless apuntan a seguir creciendo a partir de la práctica, el conocimiento y la experimentación.
Ese espíritu de evolución también aplica al proyecto: “Queremos que este espacio no sólo sea para trabajar, sino también para exposiciones de arte, pintura, fotografía, etc. Además de organizar seminarios de otros artistas. La idea es que vengan a tatuar y a brindar talleres”, concluye Tulio.
Así, desde la pasión y las ganas de crecer de un grupo de amigos talentosos, una zona residencial de Colegiales se convirtió en un hogar para el tatuaje y otras artes.