Ira Shmarinova es de Járkov, Ucrania, pero desde hace unos años tatúa en el estudio Sashatattooing, de Moscú. Al definir su estilo, especifica que le gusta combinar líneas finas y delicadas con algo de sombreado. Y en algunos de sus tatuajes también se ven elementos de Puntillismo.

Ira Shmarinova

Por los caminos del tattoo

Ira aprendió a tatuar de la mano de su amiga y mentora Sasha Masiuk, titular de Sashatattooing. Ambas eran compañeras de estudios en Ucrania y el tatuaje trazó un camino que las volvió a juntar.

“Ella me introdujo a este estilo de líneas, que vi por primera vez en su estudio de San Petersburgo, donde la mayoría de los artistas se dedican a eso. Pero cada uno tiene sus rasgos particulares”.

Esa visita marcó un momento decisivo que dio comienzo a la carrera de Ira. “El objetivo del viaje era simplemente tatuarme, pero terminó siendo una gran inspiración”.

En ese entonces, Ira trabajaba como ilustradora en una empresa de tecnología, haciendo dibujos para videojuegos. “Pero la rutina cotidiana de la computadora ya me aburría. Necesitaba algo que me nutriera el alma, ya fuera un trabajo o un hobby”.

Obsesión inmediata

Al sentir la energía que transmitía el ambiente del tatuaje, se puso a practicar con equipos que le proveyó Sasha “y me obsesioné con el tatuaje. Por eso decidí renunciar a mi trabajo y dedicar mi vida al tattoo”.

Con los primeros conocimientos incorporados, Ira empezó a recorrer el camino hacia un estilo propio. “Para encontrar mi toque personal fui probando todas las herramientas y enfoques posibles. Más detalles, la intensidad del grosor de la línea o diferentes tonos”.

Esa búsqueda va de la mano con las fuentes de inspiración que se reflejan en las creaciones de Ira. “Los temas que más estimulan mi creatividad son la naturaleza y los animales. Disfruto trabajarlos y aplicarlos en mis tatuajes”.

En cuanto al lugar que el tatuaje ocupa en su vida, Ira destaca lo siente como una forma artística que en su caso se manifiesta como pasión y actividad laboral al mismo tiempo. “Actualmente mi energía creativa está enfocada en el tattoo. Y sigo aprovechando los viajes como fuente de inspiración para incorporar ideas y convertirlas en diseños”.

Posición privilegiada

Describe el proceso de realizar borradores y dibujos como una terapia relajante. Y si bien disfruta de todo el proceso creativo, la gratificación es completa cuando finaliza el tatuaje: “La felicidad de los clientes es la mejor parte de mi trabajo. Ser parte de ese momento en la vida de una persona es un gran privilegio”.

Como sus creaciones suelen ser de un tamaño pequeño o mediano, en muchas ocasiones inauguran la piel de los clientes. “El primer tatuaje también es el más emotivo, por eso me gusta la sensación que se genera”.

Esta situación también implica una gran responsabilidad, por lo cual Ira trata de orientar al cliente en la decisión hasta concretar el diseño. “Por lo general no busco imponer mi opinión, pero es importante que confíen en la capacidad y la experiencia de un artista profesional. Así obtenemos los mejores resultados.”


ira.inkers@gmail.com