Seis mujeres. Seis tatuadoras. Distintos estilos. Infinidad de diseños. Cada una tatuando un diseño creado por otra.
Esa fue la propuesta de la primera edición del Ladies Night Tattoo Flash protagonizada por Salomé Sajnin, Sofía Bouvier, Paz Warnes, Jan Cría Cuervos, Florencia Grer y Princess Von Shirry.
El evento no fue un flash day más. Y no sólo porque se trató de una actividad nocturna que se sobrepuso a la tormenta del sábado.
Por un lado, representó la oportunidad de ver a seis mujeres talentosas trabajando y tatuando al mismo tiempo y en el mismo lugar. Además, propuso la modalidad lúdica de asignar el diseño elegido a una tatuadora que no hubiera creado ese dibujo.
“Al principio, la idea de tatuar los diseños de otra persona resultaba intimidante, pero era parte del juego”, asegura Von Shirry. Para Jana, “hacer algo en un estilo que habitualmente no tatúo, genera algo de adrenalina”.
Ese ejercicio, además, le recordó sus comienzos como tatuadora: “Se dio una situación similar a la trabajar en un local, con otra gente, y que no me elijan a mí sino al diseño que se quieren tatuar”.
Sofía también vivió un flashback a partir de esa modalidad y destacó: “Está buenísimo rescatarla en formato flash day, y de mujeres. Porque en cierta forma ayuda a reflejar cómo fue cambiando la situación de la mujer en el mundo del tattoo desde nuestros comienzos hasta hoy. Todavía falta mucho, pero hay más respeto y aceptación”.
En este sentido, Paz agregó: “Está bueno para mostrar el trabajo de varias tatuadoras. Una manera de afianzar nuestro lugar en el ambiente del tattoo”.
Lo importante es compartir
Acerca del nacimiento de esta idea que derivó en un colectivo creativo de mujeres, Salomé explica: “Me pareció que un formato de flash day exclusivamente con tatuadoras podía ser muy interesante. Genera un enfoque y un ambiente especial”.
El paso siguiente fue convocar el equipo para el evento. Con el plantel definido, durante las semanas previas se reunieron para definir criterios de organización, intercambiar ideas y también para conocerse, ya que no todas tenían relación personal ni profesional.
“Acepté de una porque siempre nos cruzamos en convenciones o muestras, y esto generaba una oportunidad para compartir”, describe Paz. Para Von Shirry, “en las reuniones se dio un proceso de afinidad inmediata entre nosotras, que fue fundamental para que el evento tuviera mucho amor por el tattoo y por nuestro trabajo”.
Florencia también hizo hincapié en lo positivo de la previa para consolidar el grupo: “Fue genial. En otros ambientes eso no pasa. Desde el primer momento hubo buena onda y eso se refleja en el resultado”.
Ese impulso que se gestó en las reuniones que sirvieron para preparar la Ladies Night, también se hizo notar en la noche del evento. “Seis excelentes tatuadoras trabajando al mismo tiempo es algo muy groso. Y hoy se sintió cuando nos juntamos a tatuar. Hubo una explosión de energía, una fuerza que inundaba el ambiente”, describe Sofía.
Sólo el comienzo
El balance de la primera experiencia de la Ladies Night es muy positivo y plantó las bases para seguir realizando este tipo de encuentros.
“Nos sorprendió que casi no vinieran hombres a tatuarse. Está bueno que quede claro que es organizado y hecho por mujeres, pero era abierto, no exclusivo”, analiza Jana.
Por su parte, Salomé valora “la experiencia de aprendizaje que generó el proceso previo. Además del desafío divertido que representó intercambiar estilos. Lo de hoy fue el comienzo. Seguramente lo vamos a repetir”.
El primer objetivo es mantener vivo un colectivo artístico integrado por mujeres. Con la incorporación de más participantes, también se podrán multiplicar las opciones de formatos y canales de expresión.
Así se abre la posibilidad de consolidar y dar visibilidad a una oferta de eventos relacionados con el tatuaje a través de la convocatoria exclusiva de mujeres. Iniciativa que no pretende segregar sino representar una alternativa a las actividades tradicionales, en la que predomina una mayoría masculina.