En Corea del Sur, los tatuadores necesitan una licencia médica para ejercer la actividad.
Apro Lee no la tiene, pero sí posee una pasión por el tattoo que lo lleva a seguir trabajando en la clandestinidad, desde las paredes secretas de su sótano.
En este video, realizado por 60 Second Docs, cuenta su historia y las dificultades que debe enfrentar como artista del tatuaje en su país.