En Jerusalén, Israel, Wassim Razzouk está al frente de un legado familiar con más de 700 años de historia, escrita y tatuada por más de 25 generaciones de tatuadores.
Desde el año 1300, los familiares de Wassim tatuaban a peregrinos cristianos que deseaban marcar su cuerpo con símbolos de fe. Actualmente se siguen tatuando cristianos que visitan la ciudad, pero se trata principalmente de turistas.
El estudio Razzouk Tattoo está ubicado en la Ciudad Vieja, donde Wassim sigue tatuando peregrinos con la misma austeridad y dedicación que sus antepasados.
Acerca de los tatuajes que realiza, destaca el valor simbólico y emocional por sobre el estético. La mayoría de sus tattoos están relacionados con cruces, pero él se enfoca en lo que cada pieza representa para la persona que la va a llevar.
Para conocer más sobre Wassim, compartimos este video realizado por Tibo Dhermy: