En algún momento de la mayoría de las entrevistas con tatuadores o tatuadoras que se dedican al Tradicional, el nombre de Mariano Castiglioni se asoma como fuente de inspiración. Esto no sorprende porque, sin dudas, es un referente de ese estilo en Argentina.

Pero esa recurrencia también se da porque Mariano siempre valoró y fomentó la transmisión de conocimiento entre colegas y compañeros. Tanto en la época que tatuaba en Madrid como durante la trayectoria de Welldone Tattoos, el estudio que fundó en 2005.

Mariano Castiglioni

“Lo mejor de integrar equipos es el intercambio permanente y enriquecedor. Welldone empezó como el proyecto de una persona sola y con el tiempo se sumaron artistas y seres humanos excelentes. Con los cambios y altibajos que tiene cualquier emprendimiento, la calidad humana y artística siempre fue sobresaliente”.

En la actualidad de Welldone, Mariano comparte el trabajo con tatuadores más jóvenes. “Es como aggiornarse de manera permanente. A mis casi 50 años, no veo las mismas cosas que un pibe de veintipico. A través de ellos me llega esa información, lo que ven, lo que está pasando. Siempre me nutrí de esa manera. Rodeado de gente con ganas de crear, de inventar y de hacer cosas nuevas”.

Evolución personal y dibujos sin sentido

Su relación con el Tradicional empezó con una hoja de flashes de Sailor Jerry: “Me impactaba porque era muy decorativo, a pesar de que me decían que su estilo era viejo y ya no se hacía”. Pero su camino en el Tradicional iba por ese rumbo. Y se inspiró en un libro de Ed Hardy, Flash from the Past, que era una recopilación de flashes antiguos. “Me encantó. Y empecé a replicar esos diseños usando la misma paleta, colores, formas y línea… pero adaptándolos”.

A partir de ese impulso le dio forma al estilo propio, que sigue desarrollando hasta hoy. “La impronta personal aparece con el tiempo. Si bien siempre me gustó meter alguna cosita, al principio trataba de copiar esa línea de dibujos viejos. A través de los años fui sumando recursos de colores y de líneas”.

Mariano celebra el perfil naif e incluso infantil de algunos dibujos muy tradicionales. “Me gustan mucho los que son hasta ridículos. No siempre hay que buscarle sentido a los tattoos, varios son una cuestión lúdica o un chiste. Hice algunos diseños con elementos que elijo porque combinan las formas, más allá de que entre ellos no tengan nada que ver”.

El Tradicional amplía su espectro

Junto con el Tribal de cualquier cultura y el Japonés, el Tradicional Americano es uno de los estilos madre del tatuaje, el origen de todas las técnicas de tattoo, desde las más antiguas hasta las más recientes. Por este carácter fundacional, el Tradicional carga con ese mandato de estructuras y reglas que, en teoría, deben ser respetadas a rajatabla.  

Pero esa rigidez está cambiando. “Se amplió mucho el espectro y creció muchísimo.  Desde algunos europeos que tienen líneas finitas y muchos detalles, hasta otros muy duros. Y todo lo que hay en el medio”. Y a partir de su experiencia personal, Mariano explica: “Cuando empecé, las reglas eran línea gruesa, mucho negro, poco color. Y hoy tenés de todo. Puede ser línea fina, mucho detalle, poco negro, mucho color y sigue siendo Tradicional”.

La actualidad y los mil mundos del tattoo

Este crecimiento, además, se percibe en todos los estilos. No solo en el resultado final o las técnicas que se implementan, sino también en cómo se estudia o se accede a la información, el origen de los artistas y la variedad de perfiles. “Antes había un mundo del tattoo y ahora hay mil mundos del tattoo. Nos conocíamos casi todos porque teníamos un recorrido parecido. Pero hoy se acercan al tattoo desde muchos lugares diferentes. Y eso se traslada a los estilos”.

Para Mariano, la tecnología aplicada a las herramientas de trabajo nunca antes generó una transformación tan determinante como ahora. “Tatuar es muy físico. Requiere fuerza, agarrar, estirar, acomodar la piel… y a esta altura de mi carrera las manos me duelen. Alguna vez soñé con máquinas inalámbricas, que hoy existen y funcionan sin fuente. No pesan ni vibran”.

Al mismo tiempo, reconoce que a muchos quizás les cuesta asimilar esos cambios: “De vez en cuando alguien pone el grito en el cielo porque “¡están usando un pen y eso no puede ser!’. Pero la verdad es que ya no uso una batería de auto como fuente, lo cual pasaba antiguamente”.

Y concluye: “Está muy bien que el tattoo no sea tan estático, porque la vida tampoco es así. Se mueve todo el tiempo. La clave es no olvidarse de la esencia del tattoo, que es hacer feliz a alguien con una decoración corporal. Y mantener viva la llama de pinchar tinta bajo la piel. Sin pretensiones. En definitiva, es eso: tinta bajo la piel. Uses lo que uses”.

Compañeros y referentes

De la misma manera que otros artistas lo citan entre sus referentes, Mariano enumera a los mencionados Sailor Jerry y Ed Hardy, además de libros y revistas de tattoo de los 90s.

Pero guarda un lugar especial para “mis compañeros, los que estuvieron y los que están ahora en Welldone. Tanto la conexión cotidiana como la que perdura en el tiempo se forjaron gracias al Tradicional, más allá de los cambios y las variaciones que cada uno le pueda aplicar. Hacemos otros estilos, pero es el que más nos gusta. Y cuando trabajaba en Madrid, compartí muchas horas con Deno, El Bara y Gore. Arranqué solo, pero en el camino me fui nutriendo de colegas y personas espectaculares”.